Presentación del Libro: “Derechos sexuales y Derechos procreativos en México”.

  • Autora: Marcela Martínez Roaro
  • Editorial Porrúa, 2024

Agradezco a Marcela Martínez Roaro la invitación a comentar su libro.

El título de esta obra despertó mi curiosidad desde el principio, especialmente la referencia a los derechos «procreativos», término que me intrigó y motivó para adentrarme en sus páginas. Aunque breve en extensión, el contenido exige una atención considerable, especialmente para alguien como yo, novato en esta disciplina.

Este libro se revela como una herramienta fundamental para quienes nos desenvolvemos en el amplio campo de la Sexualogía. Parte de su valor radica en que proporciona un marco legal sólido para nuestras actividades, permitiéndonos actuar con conocimiento y seguridad jurídica. Durante años, muchas personas hemos luchado desde diferentes frentes para promover el respeto por los derechos de las personas a vivir su sexualidad de manera placentera, responsable e informada. Esta obra brinda ahora los argumentos legales necesarios para fundamentar nuestras acciones y reivindicaciones.

La autora ha estructurado el texto de manera didáctica y accesible:

Una de las afirmaciones más impactantes, de la autora, a mi entender es:

«…las leyes no son justas ni injustas, es a quien corresponde aplicarlas hacer una interpretación justa en el caso concreto, lo cual no siempre sucede. Una ley aparentemente justa puede aplicarse de forma injusta, y una ley en apariencia injusta puede aplicarse de manera justa» (págs. 25 y 26).

Esta reflexión resuena con mi propia perspectiva pues considero que la Ley y la Justicia, que no siempre transitan por caminos paralelos. Este libro no sólo es una valiosa adición a la literatura sobre derechos sexuales y procreativos, sino también una guía práctica para profesionales y activistas en el campo de la Sexualogía. Su claridad conceptual y profundidad analítica lo convierten en una referencia indispensable para comprender y defender estos derechos fundamentales.

Históricamente, los derechos sexuales y reproductivos se han considerado inseparables, principalmente debido a la influencia de grupos conservadores que veían la reproducción como el único fin de la sexualidad. Sin embargo, tras extensos debates e investigaciones, se ha reconocido que la sexualidad y la reproducción son aspectos distintos que no necesariamente están unidos. Marcela ofrece un análisis detallado y esclarecedor sobre este tema.

Desde principios del siglo XX, estos derechos se incorporaron a nuestra Constitución, no obstante, su implementación ha sido deficiente, como lo podemos corroborar a cada momento. Son innumerables las quejas no sólo de activistas, si no también de ciudadanos y sobre todo de personas que forman parte de diversas minorías, entre las que destacan las Personas con Discapacidad.

La autora destaca publicaciones pioneras sobre sexualidad y reconoce el trabajo tanto de figuras establecidas como de nuevas voces en el campo.Las propuestas del libro fomentan el análisis, la reflexión y el diálogo respetuoso, enriqueciendo a todos los participantes. La autora aborda la sexualidad desde el esquema de los Holones, un enfoque que permite contemplar distintas perspectivas según el contexto temporal y geográfico. El libro describe aspectos biológicos como el sexo, la reproducción y la respuesta sexual, así como aspectos psicosociales como el género, la reproductividad y el erotismo.

La descripción del sexo probablemente generará debates, especialmente por afirmaciones como «el sexo nunca cambia; se nace con un sexo y se muere con el mismo sexo». Aunque pueda parecer extremo, investigadoras de renombre como Irene Miguel Aliaga sostienen que «hay un componente intrínseco de identidad sexual en las células». Discutir sobre estos temas resulta sumamente valioso.En esta línea, la autora afirma que «las diferencias biológicas entre machos y hembras no los hacen contradictorios», para luego sentenciar: «Las diferencias y desigualdades, creadas por la propia sociedad, la cultura y por los controles políticos del poder sí excluyen, discriminan y dañan» (pág. 29). Esta idea se resume en una consigna que usábamos con gran frecuencia desde el siglo pasado: «Las diferencias no justifican las desigualdades».

La forma en que se aborda el tema de la igualdad y la diferencia es muy enriquecedora, ya que nos muestra su relación con los primeros intentos de analizar la discriminación. Los aspectos biológicos, al interactuar con los psicológicos y socioculturales, adquieren diferentes matices y deben analizarse desde distintas perspectivas, lo cual se explora en este texto.

En el análisis del género, no se adhiere a una corriente específica, lo cual es apreciable porque permite conocer diversas perspectivas.

En cuanto a la respuesta sexual, nos habla de quienes introdujeron el tema, Masters y Johnson, y también se menciona a Helen S. Kaplan y a los investigadores de IMESEX de principios de los años ochenta.

Algunas personas podrán sentirse tentadas a decir que se repite al hablar de reproducción y reproductividad, pero Marcela demuestra que son conceptos muy diferentes. Estos van desde aspectos biológicos hasta otros temas que afortunadamente se abordan cada vez más: maternaje y paternaje. Sin embargo, a los hombres les ha costado mucho trabajo descubrir las ventajas de comprometerse en el cuidado de otras personas.

El capítulo dos concluye con una reflexión sobre las relaciones sexuales, distinguiendo entre las genéricas y las eróticas. Se señala que las primeras se aprenden en la familia y otros contextos donde la persona se desarrolla. Las eróticas se caracterizan por buscar el placer y pueden realizarse con otras personas o individualmente.

Se hacen aclaraciones pertinentes, como que podemos recurrir a las Comisiones de Derechos Humanos para quejarnos de autoridades o instituciones públicas, pero no de particulares; estas comisiones emiten recomendaciones, no sanciones. Aunque esto pueda parecer desalentador, sirve para que tengamos claras las ideas y dejar de hacernos falsas ilusiones.

Algo que me agradó mucho es que Marcela no duda en señalar que el estado laico ha sido constantemente soslayado y violentado, a pesar de los costos, incluso en vidas humanas, que ha significado su instauración. La Iglesia Católica ha influido significativamente en muchas políticas mediante diversas estrategias desde la llegada de los conquistadores a estas tierras. A pesar de que México, oficialmente es un estado laico, hay muchos políticos, gobernantes y legisladores que tienen un credo religioso profundamente arraigado, y lo imponen con diversoas estrategias y estilos. Esto es, en lugar de separar lo religioso de lo estatal, intentan imponer sus creencias personales sobre lo colectivo.

El libro en varias partes nos traslada a las clases de la historia nacional, por fortuna desde una nueva perspectiva, querámoslo o no reaviva emociones y ofrece una óptica diferente, de las clases en las que abrevamos en nuestros primeros años. La autora enfatiza que muchos protagonistas de nuestra Independencia pertenecían al clero católico, ello puede servir para entender porque las cosas han evolucionado de formas tan peculiares. Aunque se estableció la libertad de culto, la inclinación hacia el catolicismo persistía, y querámoslo o no, aun sigue con singular fortaleza.

La autora insiste en que el poder del ala conservadora, dirigida por la jerarquía católica, tanto en nuestro país como en otras naciones es muy poderosa, ese contexto histórico explica las dificultades en el desarrollo de los derechos sexuales y reproductivos, estos últimos mencionados por primera vez en 1994. A pesar de sus nobles intenciones, estos derechos suelen ser distorsionados o ignorados por la ideología de ciertos legisladores.

Marcela nos recuerda que nuestro sistema jurídico se nutre del derecho romano y canónico, ambos de carácter patriarcal, androcéntrico y sexófobo.

La idea de igualdad ante la ley resulta estimulante, aunque probablemente habría escandalizado a figuras del pasado como Doña Altagracia Santoyo Buenventura, Marquesa de Peralvillo y anexas quien consideraba «como una igualada» a cualquier empleada doméstica que osara opinar.

Es alentador ver avances legislativos en este sentido, como el reciente decreto firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum para garantizar la igualdad sustantiva de las mujeres en la Constitución. Sin embargo, la autora acertadamente señala que los cambios legales, aunque importantes, son menos complejos que las transformaciones sociales y culturales.

La Lic. Martínez Roaro aborda temas cruciales como el derecho a procrear, sus diversas formas, la interrupción del embarazo, el aborto y la procreación artificial, explorando las problemáticas relacionadas. También examina cuestiones como las terapias de reconversión y la gestación por contrato, un tema que ha presentado en el Colegio Mexicano de Posgraduados en Sexología A.C.

Para una comprensión más profunda y actualizada de los aspectos jurídicos en nuestra disciplina, recomiendo encarecidamente la lectura de «Derechos Sexuales y Derechos Procreativos en México: Perspectiva Sexológica y Jurídica».

Dr. Francisco Delfin Lara

CDMX, 28 noviembre 2024.

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